This past weekend, expressed our deep gratitude to Tom Eggleston, who has devoted the past 12 years of his life to serving our St. Francis de Sales community as a dedicated member of our parish staff. In his role, Tom has been instrumental in pastoral care, including funeral coordination, visitation ministry, and our St. Vincent de Paul ministry. His selfless dedication and unwavering commitment to God's people have left a lasting impact on our parish, and we are truly blessed to have had him as a member of our team.
Throughout these years, Tom has not only served us with utmost care and compassion, but he has also been a shining example of what it means to be a passionate disciple of Jesus Christ. His genuine warmth, humility, and faithfulness have made him a true friend to many, extending beyond the boundaries of our parish. Tom's willingness to sacrifice himself for the well-being of God's people here at St. Francis de Sales and beyond is a testament to his deep love for Christ and his unwavering commitment to living out his vocation.
As we bid farewell to Tom in his full-time capacity as he begins a new position at St. Baisil Parish in Grand Haven, we are comforted by the knowledge that he will continue to bless us with his presence as he remains on staff, coordinating visitation ministry and supporting strategic planning for the St. Vincent de Paul Center a few hours a week. Let us continue to pray for him as he transitions into his new positions.
El fin de semana pasado, expresamos nuestra profunda gratitud a Tom Eggleston, quien ha dedicado los últimos 12 años de su vida a servir a nuestra comunidad de St. Francis de Sales como miembro dedicado de nuestro personal parroquial. En su función, Tom ha sido fundamental en el cuidado pastoral, incluida la coordinación de funerales, el ministerio de visitas y nuestro ministerio de San Vicente de Paúl. Su dedicación desinteresada y compromiso inquebrantable con el pueblo de Dios han dejado un impacto duradero en nuestra parroquia, y estamos verdaderamente bendecidos de haberlo tenido como miembro de nuestro equipo.
A lo largo de estos años, Tom no solo nos ha servido con sumo cuidado y compasión, sino que también ha sido un brillante ejemplo de lo que significa ser un apasionado discípulo de Jesucristo. Su genuina calidez, humildad y fidelidad lo han convertido en un verdadero amigo para muchos, que se extiende más allá de los límites de nuestra parroquia. La voluntad de Tom de sacrificarse por el bienestar del pueblo de Dios aquí en St. Francis de Sales y más allá es un testimonio de su profundo amor por Cristo y su compromiso inquebrantable de vivir su vocación.
Al despedirnos de Tom en su capacidad de tiempo completo cuando comienza una nueva posición en St. Baisil Parish en Grand Haven, nos consuela saber que continuará bendiciéndonos con su presencia mientras permanezca en el personal, coordinando ministerio de visitación y apoyo a la planificación estratégica para el Centro St. Vincent de Paul unas pocas horas a la semana. Sigamos orando por él mientras hace la transición a sus nuevos puestos.