Español

In our Catholic faith, true leadership is rooted in the example of Jesus Christ. He came not to be served, but to serve (Matthew 20:28). This is the essence of servant leadership, a model that emphasizes humility, compassion, and commitment to the well-being of others.

Last week, I noted the need for parishioners to take on leadership roles as we move forward in our mission to Grow Passionate Disciples. Servant leaders in our parish are those who seek to be holy and draw closer to Jesus. They are not perfect but strive to become the best versions of themselves. Grounded in daily prayer, they seek truth, respect human dignity, and work tirelessly to build God’s kingdom.

When I think of leaders in our parish, I think of:

  • Faustino, who for many years led our Spanish lectors and participates in Bible studies.
  • Karen, who faithfully replaces our burnt-out candles.
  • Len, who champions our Sunday youth ministry.
  • Valentin, who fixes things around the parish.
  • Glenda & Mauricio, who joyfully lead music at bilingual events.
  • Mary, who helps manage our finances and leads our finance council.
  • Tony, who tackles various projects on our campus.
  • Paul and Louise, who go out of their way as ushers to welcome people as they enter the building.

We have many servant leaders already stepping up in invaluable ways. I’ve never heard them say, “The parish should do...;” I see them taking steps to make things happen. Whether it’s organizing events, assisting with ministries, or offering your talents, your contribution matters. In the coming weeks, I will highlight areas of need in our parish. I invite you to pray about your gifts, the time you have to give (also a gift!), and how you may use them in our parish family and beyond.

Let us rise to the challenge, embrace the call to lead, and allow the Holy Spirit to guide us in transforming our parish as we live our mission to Grow Passionate Disciples of Jesus Christ.

By Ricardo Valdez, Director of Evangelization


En nuestra fe católica, el verdadero liderazgo se basa en el ejemplo de Jesucristo. Él no vino para ser servido, sino para servir (Mateo 20:28). Esta es la esencia del liderazgo de servicio, un modelo que enfatiza la humildad, la compasión y el compromiso con el bienestar de los demás.

La semana pasada, mencioné la necesidad de que los feligreses asuman roles de liderazgo a medida que avanzamos en nuestra misión de formar discípulos apasionados. Los líderes de servicio en nuestra parroquia son aquellos que buscan ser santos y acercarse a Jesús. No son perfectos, pero se esfuerzan por convertirse en la mejor versión de sí mismos. Basados en la oración diaria, buscan la verdad, respetan la dignidad humana y trabajan incansablemente para construir el reino de Dios.

Cuando pienso en los líderes de nuestra parroquia, pienso en:

  • Faustino, quien dirige a nuestros lectores en español y participa en estudios bíblicos.
  • Karen, quien reemplaza fielmente nuestras velas apagadas.
  • Len, quien lidera nuestro ministerio juvenil dominical.
  • Valentín, quien repara cosas en la parroquia.
  • Glenda y Mauricio, quienes dirigen alegremente la música en eventos bilingües.
  • Mary, quien ayuda a gestionar nuestras finanzas y lidera nuestro consejo de finanzas.
  • Tony, quien realiza varios proyectos en nuestro campus.
  • Paul y Louise, quienes hacen un esfuerzo especial como ujieres para dar la bienvenida a las personas al entrar en el edificio.

Ya tenemos muchos líderes de servicio que están tomando la iniciativa de maneras invaluables. Nunca les he escuchado decir: "La parroquia debería hacer..."; los veo tomando medidas para hacer que las cosas sucedan. Ya sea organizando eventos, ayudando con los ministerios o ofreciendo sus talentos, su contribución importa. En las próximas semanas, destacaré áreas de necesidad en nuestra parroquia. Los invito a orar sobre sus dones, el tiempo que tienen para dar (¡también un don!) y cómo pueden utilizarlos en nuestra familia parroquial y más allá.

Levantémonos al desafío, aceptemos el llamado a liderar y permitamos que el Espíritu Santo nos guíe en la transformación de nuestra parroquia mientras vivimos nuestra misión de formar Discípulos Apasionados de Jesucristo.

Por Ricardo Valdez, Director of Evangelización